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Solicitud a Lucubraciones

Buenas tardes, distinguido arquitecto Ernesto j. Armenteros:

Soy un asiduo lector suyo a través de la revista Gaceta Judicial. Permítame antes que nada felicitarlo por la forma llana y fácil de que escribe. Es por ello que me permito solicitarle lo siguiente: respecto a los trabajos sobre Israel y su tercera entrega, valdría la pena que en este momento (cuando se contempla lo sucedido en Siria y el conflicto actual con los Estados Unidos) aprovechar sus condiciones de comunicador excelente para que explique este fenómeno que podría convulsionar el mundo.
Estos temas siempre resultan de difícil comprensión y la mayoría de las veces lo que escriben sobre esto se hace de difícil comprensión. Es por ello que me he tomado el atrevimiento de sugerirle que lo haga.

Soy abogado de profesión y me encuentro en la ciudad de Santo Domingo en el ejercicio del derecho; he impartiendo docencia en dos universidades del territorio nacional.

Dr. Jaime Martínez Durán

Respuesta del autor de Lucubraciones

Estimado Dr. Jaime Martínez Durán:

Gracias por leer mi columna Lucubraciones. Creo que me está sobrestimando y me ha puesto una tarea que amerita una tesis doctoral; pero como no resisto su solicitud, aquí le escribo una sinopsis del conflicto en Siria.

Siria contra Estados Unidos

El presidente Obama asumió la presidencia en una plataforma pacifista. Prometió a los ciudadanos sacar la tropas de Afganistán lo más pronto posible y no involucrar al ejército de los EE. UU. en contiendas internas de otros países. Por su posición pacifista le otorgaron el premio Nobel de la Paz.

EE. UU. es un fuerte aliado de Israel. Siria es colindante con Israel y son antagonistas. Siria tiene un arsenal de armas químicas y es aliado de Rusia —que le vende armamentos— y de China, país con el que tiene vínculos comerciales. Siria es también aliada de Irán, enemigo acérrimo de los israelíes a quien ha reiterado la amenaza de destruir. Israel y los EE. UU. tienen temor —instigado por los israelitas, que tienen mucha influencia política— de que usen armas químicas para aniquilar a su población judía. El uso de tales armas está prohibido por múltiples acuerdos internacionales.

Bashar al-Asad utilizó armas químicas contra los rebeldes que lo asedian para que abandone el poder. El video de los servicios de inteligencia de los EE. UU. (yo vi 3 segundos y lo tuve que cerrar por lo abominable) se inicia con la muerte por asfixia de un niño de unos tres años. Este video se lo enseñaron a miembros del Senado y del Congreso de los EE. UU. (posiblemente por gestiones de cabilderos de Israel). Obama está asediado para que intervenga en el conflicto y ordena a sus tropas bombardear a Siria si no destruye sus armas químicas en un plazo perentorio. Putin a nombre de Rusia interviene y negocia con el gobierno de al-Asad que ponga sus armas químicas bajo control de una comisión de países. Esto ha sido aceptado por las partes involucradas en el conflicto y al terminar septiembre es el statu quo de la confrontación entre Siria y los EE. UU.

Siria y sus conflictos internos

Bashar al-Asad, el presidente actual de Siria, asumió el poder legado por su progenitor, quien a su vez lo asumió de su padre, una especie de monarquía o dinastía familiar que se ha caracterizado por su represión sin cuartel a sus adversarios y limitaciones a la libertad, pero que, a su favor, ha traído paz, progreso material y tolerancia a los cristianos. Han mantenido unidos a los sirios a pesar de sus diversas religiones y conflictos étnicos. Los jóvenes sirios motivados por las protestas en Libia, Egipto, etc., se han tirado a las calles a pedir que Bashar al-Asad abdique su mandato. La respuesta del gobierno ha sido de inusitada violencia. Los llamados rebeldes pertenecen a diferentes ideologías y religiones; algunas, como los del grupo Al Qaeda, son más agresivas hacia Israel y los EE. UU. que Bashar al-Asad. Estas circunstancias colocan a los EE. UU. en una posición difícil, puesto que ayudar a los rebeldes implica que se estaría ayudando a grupos más extremistas y agresivos contra Israel y los EE. UU. que el propio Bashar al-Asad. Por otro lado, para los EE. UU. es difícil ignorar los ataques salvajes de Bashar al-Asad contra su propia gente, por razones humanitarias que escandalizan la opinión pública de América y Europa.

La situación es mucho más compleja que esta versión supersimplificada. La historia de Siria —que es cuna de civilizaciones anteriores a las de Egipto, Roma y Grecia— es fascinante e importante para aquellos que tenemos curiosidad de conocer sobre los orígenes de nuestra cultura y las razones de los conflictos internacionales. Muchos politólogos creen que si ocurre una tercera guerra mundial se iniciará en esta zona. Esperemos que la sensatez prevalezca y esto no ocurra. En el caso del conflicto entre los EE. UU. y Siria tenemos que agradecer al buen sentido político de Putin haber desactivado la inminente confrontación que existía entre estos dos países e Israel.

Espero haber contestado lo mejor posible su solicitud.

Saludos,

Ernesto J. Armenteros

Desagravio a una dama

Estimada
Carmen Imbert Brugal

Ocupo tu atención en estas líneas para reconocer públicamente nuestra imperdonable omisión a una parte esencial de tu hoja de vida en el perfil publicado en la edición No. 300 correspondiente al mes de noviembre de 2011 de esta revista sobre los candidatos a la Suprema Corte de Justicia. La involuntaria inobservancia obedeció al hecho de que estandarizamos el perfil sobre la base de los renglones de los jueces vigentes de carrera.

Estamos endeudados contigo. Reconocemos de tus invaluables méritos profesionales y morales, condiciones sobradamente acreedoras de una posición cimera en esa alta corte. Hemos seguido celosa y cercanamente tu carrera pública (en la carrera judicial, academia, periodismo, comunicación y literatura) y no tenemos más que admitir que ejemplos como el tuyo nos recuerdan que, pese a las frustraciones colectivas, existen espacios de esperanza en esta sociedad excluyente. Personalmente te digo que eres y serás mi candidata favorita, no por afectos, sino por justicia. Nos queda la honda satisfacción de que pese a los condicionamientos que matizaron ese proceso, muchos dominicanos te valoramos como el modelo ideal de una representación digna y alta. Ese es el más imperecedero de todos los reconocimientos.

Por mi parte y para redimir el desliz, doy ha conocer a nuestros lectores una parte de los aspectos omitidos, pidiéndote nuevamente encarecida excusa.

1984: Articulista y redactora del periódico HOY.
1984: Asesora legal del CIPAF y de MUDE.
1986-1991: Juez del Juzgado de Instrucción de la Quinta Circunscripción Distrito Nacional.
1992: Coproductora del Programa Jornada Extra, Teleantillas. Docente del Proyecto ILANUD-Suprema Corte de Justicia. Participante en la Revisión de la 2da. edición de la obra “Derecho Procesal Penal. Tomo II” de Pellerano Herrera y Castillo Morales.
1994: Juez Suplente de la Junta Electoral del Distrito Nacional.
1995: Redactora del periódico HOY.
1997: Integrante del equipo original para la discusión y redacción de la Ley 24-97.
Columnista de la Revista Rumbo.
Colaboradora de la revista Gaceta Judicial.
Productora y conductora del programa El Matutino Alternativo.
Redactora del Proyecto de la Ley 2402 sobre la protección a los hijos menores, PROFAMILIA.
Obras Literarias:
-Palabras de Otro Tiempo y de Siempre (poemas)
-Infidencias (relatos)
-Distinguida Señora (novela)
-Volver al Frío
-Sueños de Salitre
Autora de numerosos artículos en periódicos sobre política, legislación y género.
2006: Delegación dominicana Feria del Libro, San José, Costa Rica.

Con profunda admiración,

José Luis Taveras
Director



Respuesta a Luis Bircann Rojas

Estimado Dr. Bircann:

Acabo de leer la Gaceta Judicial No. 294, correspondiente al mes de mayo, en la que usted aparece en la sección “Decanos del Derecho”, titulo que creo que usted se ha ganado por más de una razón.

Yo también fui estudiante suya y lo digo con orgullo, en la Universidad Católica Madre y Maestra y desde esa época, se despertó en mi gran admiración por usted, por la claridad de sus exposiciones, el vocabulario rico y florido que utilizaba, la preparación y capacidad intelectual que revelaba en cada una de sus cátedras y por los ideales que expresaba, todo lo cual contribuyó grandemente a mi formación, sentimientos que conservo hasta la fecha.

Todavía siento un gran respeto y admiración por usted, recuerdo muchos de los casos prácticos de su ejercicio profesional de la época, que nos contó en clase, como el caso de Chea la Guinea. Usted sigue siendo mi profesor. El tiempo y los avatares del ejercicio profesional en el cual hemos estado enfrente defendiendo clientes no han disminuido en nada ese respeto y admiración.

Aunque esa sección no admite comentarios ni criticas, porque de lo que se trata es de señalar a las nuevas generaciones los referentes intelectuales y éticos de una profesión que pasa ahora por uno de sus momentos menos favorables, creo mi deber, por el respeto y admiración que siento por usted, comentar algunos párrafos de su entrevista, porque esos sentimientos no ciegan mi discernimiento ni mi conocimiento personal de asuntos que usted refiere.

No critico que usted tenga una opinión formada respecto de jueces y tribunales, porque ese es su derecho, pero usted hace referencia a unos expedientes en los que yo participé junto con otros abogados en contra de unos clientes suyos, en los cuales usted dice que hubo asomos de corrupción.

Aunque usted no habla de los abogados que participamos en esos dos procesos, entre los cuales me encuentro, junto con abogados que fueron o son de su estima personal, me siento personalmente aludida, y aunque los demás callen, no puedo hacerlo cuando está en juego mi conducta profesional cuando usted dice que en ellos hubo asomos de corrupción, y por ello, y porque fui su alumna, me permito recordarle que nadie, absolutamente nadie puede señalar un caso en el que yo haya ganado que no sea por los méritos de los expedientes que llevo y porque los jueces han encontrado en mis argumentaciones orales y escritas fundamentos jurídicos y razonables.

Y usted sabe muy bien, que nunca me he valido de influencias ni de medios ajurídicos o parajurídicos en la defensa de los intereses que me ha tocado representar. Siempre he entrado en los tribunales para perder o ganar. Ganar un pleito es, para mí, una celebración; pero perderlo, es un duelo.

Recuerde Dr. Bircann que tuvimos dos casos: uno de un centro hospitalario privado constituido en forma de sociedad comercial (como se dice ahora) en el que hubo una asamblea extraordinaria que estableció dos tipos diferentes de acciones. Después de más de tres años un grupo de accionistas (que estuvieron presentes cuando se hizo esa asamblea) la impugnó en los tribunales y los abogados que representábamos al centro hospitalario presentamos el medio de inadmision derivado de la prescripción, de conformidad con las disposiciones de la Ley 834 de 1978 y del Código de Comercio. El tribunal de primer grado acogió el medio y usted recurrió en apelación; la Corte de Apelación de Santiago confirmó la sentencia de primer grado y usted recurrió en casación, casación que fue rechazada por la Suprema Corte de Justicia

El segundo caso en el que estuvimos en tribunas contrarias involucraba un grupo de odontólogos que fueron deudores del Banco Hipotecario Miramar, que hizo una cesión de crédito a un grupo de sus acreedores, sin cumplir con las formalidades de publicidad que prescribe la ley para hacerla oponible al deudor cedido y a los terceros. En la ignorancia de la perfidia que se ejecutó en su contra, los deudores negociaron con una asociación de ahorros y préstamos de Santo Domingo que pagó al Banco Hipotecario Miramar subrogándose en sus derechos contra los deudores.

Con la complicidad de funcionarios del Registro de Títulos de Santiago, se inscribió la cesión de crédito y se comenzó un proceso de embargo inmobiliario, contra el cual demandamos la nulidad del mandamiento de pago y radiación de la inscripción hipotecaria e hicimos una demanda en referimiento en suspensión de la persecución inmobiliaria. El tribunal de primer grado suspendió la ejecución mediante ordenanza de referimiento y en cuanto a la demanda en nulidad dio ganancia de causa a los odontólogos. La Corte de Apelación de Santiago confirmó ambas decisiones y usted recurrió en casación, casación que fue rechazada por la Suprema Corte de Justicia.

Soy la primera en comprender la frustración y el desasosiego que embargan a un abogado que dedica tiempo y talento a un caso cuando la decisión jurisdiccional no le es favorable, porque todavía siento entusiasmo y hago gran algarabía cuando gano un caso, así como me entristece, me da rabia haber perdido.

Siento que cuando ya no tenga esas expansiones de entusiasmo habré perdido frescura y juventud y el Derecho, en mayúsculas, habrá dejado de ser para mí la fuente inagotable de curiosidad, de placer intelectual que ha sido durante toda mi carrera. Ese mismo entusiasmo es el que siento en usted, el gozo por la discusión jurídica, y por eso lo comprendo.

Pero permítame decirle, Dr. Bircann, que en la inauguración de la remodelación del Juzgado de Paz de la Primera Circunscripción como Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, en la que se encontraban presentes los magistrados de la Suprema Corte de Justicia, Margarita Tavares, Julio Genaro Campillo Pérez, su pariente, Rafael Luciano Pichardo y Dulce María Rodríguez de Goris, entre otros, se comentó en mi presencia la reacción que usted había tenido, con la decisión de rechazo de la Suprema en este segundo caso; todos estaban consternados por la injusticia de esos comentarios que afectaban la honra y buen nombre de un hombre que ha sido siempre un gran abogado y que ha tenido un comportamiento destacado en la Suprema Corte, que llegó a la Suprema rico intelectual y materialmente. Y que saldrá de la Suprema con el mismo patrimonio material, pero que ha tenido la mala fortuna de no ser comprendido porque no ha hecho relaciones públicas, ha guardado silencio sobre muchas actuaciones que se le han imputado sin que ningún juez, ni ningún abogado se haya atrevido a defenderlo; ha sido impasible como debe ser un juez y de ello se ha hecho escarnio. Se le han enrostrado culpas por hechos que no ha cometido.

Recuerdo muy bien que, apesadumbrado, Julio Genaro Campillo Pérez, su pariente, Dr. Bircann, me dijo sobre lo injusto de sus señalamientos, porque esa sentencia había sido él quien la había dado, porque por pudor profesional el Dr. Luciano Pichardo, que fue uno de los abogados en el caso de los odontólogos, se inhibió.

No sé si esos hechos son de su conocimiento, pero yo personalmente los creo: primero, porque no tengo razones para dudar de la palabra de Julio Genaro Campillo Pérez, su pariente, que no tenía porqué asumir la responsabilidad de una decisión que sabía que lo iba a malquistar con usted; y segundo, porque no esperaba menos que la inhibición del Dr. Luciano Pichardo, a quien quiero, respeto y admiro como persona, como abogado y como juez.

Dr. Bircann, usted sabe que sus comentarios sobre ese particular fueron de todos conocidos, hicieron fortuna y corrieron como reguero de pólvora, por todos los pasillos de los tribunales y los mentideros públicos. Aunque Gaceta Judicial no publicó el artículo, muchos tomamos conocimiento de esos comentarios, porque usted no es parco en sus decires, pero además ese artículo fue publicado en un periódico del cual Apolinar Núñez era representante, es decir, fue extensamente difundido.

A mí me ha tocado estar en audiencia en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia y cuando hay un expediente suyo, el magistrado Luciano Pichardo se inhibe públicamente sobre el fundamento de una enemistad capital existente entre ustedes dos y que tiene su base en sus numerosos comentarios, que repite ahora en esta entrevista con matices graves. Con esa actitud, el magistrado Luciano Pichardo preserva su buen nombre y lo protege a usted de decisiones que puedan estar influenciadas por sentimientos personales, ajenos al punto de derecho que se encuentra en discusión.

Acuérdese, Dr. Bircann, que el que mata a hierrazos no puede morir a sombrerazos y que esos vientos trajeron esas tempestades.

Es una pena, Dr. Bircann, que sus amores, sus simpatías no sean tan extensos e intensos como sus rencores y que estos últimos le permitan olvidar una regla fundamental de la existencia humana: el instinto de conservación que alerta sobre las situaciones de peligro y evita que un ser humano se precipite al vacío.

Dr. Bircann, usted sigue siendo un referente ético de primera magnitud, sus conocimientos y preparación son de todos conocidos. Conversar con usted y escucharlo disertar sobre casos judiciales es una delicia que no mucha gente tiene el placer y honor de compartir y yo lo he tenido; espero continuar siendo recipiendaria de sus enseñanzas. Aunque tanto usted como yo somos litigantes, y por eso mismo hemos estado en tribunas contrarias, todavía siento por usted el afecto, respeto y admiración que nacieron en mis días de estudiante de Derecho; por eso me atrevo, so riesgo de incurrir en las furias del Averno a hacerle estos señalamientos, porque afectan mi honor como profesional, que es la más preciada herencia que puedo dejar a mis hijos, y es una ocasión de reparar una injusticia.

Reciba la expresión de mis sentimientos más distinguidos de respeto, admiración y afecto.

Siempre su alumna.

Rosina de la Cruz




Comenta los editoriales de Gaceta Judicial

Señor Director:

Me place saludarle. Me llamo Domingo Alberto Piñeyro, tengo 24 años, trabajo para la Jurisdicción Inmobiliaria (Suprema Corte de Justicia) en la ciudad de Barahona y soy abogado; hace 2 años que me he graduado y exactamente hace 2 años que descubrí su editorial. Lo espero con ansias, perdón, lo esperamos expectantes, pues varios en la oficina en que trabajo, desde la Registradora de Títulos hasta un servidor (algo que propició quien le escribe), han sido contagiados de la taveramanía (Dígase “ansia desenfrenada de ver llegar la revista Gaceta Judicial, con la determinante resolución de leer, desglosar y saborear el editorial”). Tan cargado de realidad y escrito desde una perspectiva tan cercana a nuestros modos de pensar, a lo que creemos, a nuestras convicciones.

Usted nos ha hecho ver los problemas que plantea con la misma claridad con la que escribe sus artículos y nos sentimos tan identificados con lo que plasma en esas hojas que es necesario ponernos en sus zapatos, aunque no dudo que para ello quizás falte mucho.

Por ejemplo, nos falta la valentía de cortar aquella Tijera moral de la policía. Por otra parte cabe anotar que no fue menos que la suya nuestra repulsión por aquel Su amigo el funcionario, y no tuvimos reparo en asentir de manera irónica como quien celebra las boberías de un niñito de 8 años aquellas 7 reglas infalibles para ser presidente y a propósito de lo anterior nos juntamos todos en la pequeña y fría oficina del Archivo Activo y con ese Ssshhh... ¡Silencio! seriamente analizamos y descompusimos en todas sus partes cada oración del Breve estudio del animalis politicus, hasta reír y comparar sus conclusiones con las nuestras.

Si reímos no ha sido porque escriba usted una columna de comedias, es quizás esa impotencia, la que como mecanismo de defensa de nuestra conciencia nos hace lanzar carcajadas con alta dosis de indignación. Pero en particular no hubo risas cuando aquella edición número 274 estuvo en nuestras manos; nuestros ojos acumularon lágrimas, nuestras miradas se nublaron y no dudo que la hoja de ese ejemplar en que está plasmado el editorial tiene las señas de dos o tres de esas gotas. Sigue latente en nuestras mentes ese título: Quisiera ser dominicano, y más aun aquella frase que hizo encoger el alma y el corazón esa mañana: "Dominicano, para no sentir vergüenza de serlo".

Mostrando mis afectos, me despido. Que Dios le bendiga.

Alberto Piñeyro
Barahona, R. D.


La inconstitucionalidad formal de la reforma constitucional

El presidente Leonel Fernández sometió al Congreso Nacional una propuesta de reforma constitucional que contiene 254 artículos. El artículo 117 de la Constitución de la República establece que: "la necesidad de la reforma se declarará por una ley, la cual determinará el objeto de la reforma e indicará los artículos de la Constitución sobre los cuales versará".

La propuesta del presidente Fernández, tal y como está concebida y redactada, no puede convertirse en ley, pues la misma devendría en inconstitucional y la "nueva" Constitución que se pretende instituir sería nula de pleno derecho, ya que sería el fruto de una violación a la Constitución vigente, cuyo artículo 46 expresa: "Son nulos de pleno derecho toda ley, decreto, resolución, reglamento o acto contrarios a esta Constitución."

La propuesta es interesante, en el fondo, pero el proponente haría muy bien en retirarla, a fin de que introduzca las modificaciones que considere de lugar, pero respetando la norma, ya que la Asamblea Nacional no tiene facultad para crear una Constitución con 124 artículos, sino para introducir reformas en los artículos de la Constitución, y sucede que la Constitución actual sólo tiene 120 artículos, y son esos 120 artículos sobre los cuales debe girar la propuesta modificadora, de manera que en la nueva versión no pueden aparecer 254 artículos.

El asunto no reviste ninguna complicación, ya que la Constitución de la República contiene trece Títulos divididos en Secciones, en las que están incluidos los 120 artículos, algunos con incisos numerales, literales o párrafos, por lo que nada impide ubicar en ese articulado las nuevas propuestas. Pero, reiteramos, la Asamblea Nacional, si aprueba la ley de reforma constitucional, debe indicar los artículos de la Constitución que propone modificar y en qué consisten los cambios propuestos. El Título Trece, que trata de las Reformas Constitucionales, contiene cuatro artículos, los que establecen los requisitos que deben ser satisfechos, a pena de nulidad, indicando el artículo 120, que es el último, que "la reforma de la Constitución sólo podrá hacerse en la forma que indica ella misma".

En mi condición de ciudadano abuelo, que dentro de cincuenta años, al igual que casi todos los actores protagonistas del momento político actual, no estará en el mundo de los vivos, espero que al artículo 120, después de un punto y coma o mediante un párrafo, lo modifiquen, para que establezca que en las elecciones congresionales del 16 de mayo del 2024, conjuntamente con los legisladores ordinarios, y en la misma proporción, serán electos los miembros de la Asamblea Constituyente, que sesionará hasta la promulgación de la nueva Constitución de la República Dominicana. Así demostraremos nuestra fe en el porvenir y confianza en las generaciones dominicanas futuras.

Víctor D. Martínez
Abogado


Comenta artículo de portada edición 262 de Gaceta Judicial

Señor Director:

En nombre del Consejo Nacional de Competitividad y del mío propio, deseamos felicitarle por su reciente artículo publicado en la Gaceta Judicial: “El Comercio Dominicano ¿Aún con peluca real?”.

El mismo constituye un aporte más para impulsar la aprobación del Proyecto de Ley de Sociedades Comerciales y Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada que se encuentra en la Cámara de Diputados.

Esperamos que nuestros amigos legisladores entiendan que nuestro país no debe dilatar más la aprobación de esta importante pieza, para dotarse de un instrumento mercantil moderno, acorde con nuestra realidad.

Muy atentamente,

Andrés Van der Hors Alvarez
Secretario de Estado, Director Ejecutivo
Consejo Nacional de Competitividad

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